EL PERDÓN, LA CLAVE PARA TU PAZ INTERIOR


 Todos hemos sido heridos 

En la convivencia, en ese intercambio con los demás, es común que se produzcan roces, desencuentros y malos entendidos, la mayor parte de las veces de manera totalmente inconsciente, sobre todo cuando redundan los supuestos, la falta de comunicación asertiva o directamente el silencio. 

En esos casos, bastaría con el diálogo respetuoso, las disculpas y nuevos acuerdos para restablecer el vínculo, pero lamentablemente ésto no siempre es posible.  

Distinto es cuando las personas dañan a sabiendas, siendo conscientes de sus actos, obrando por conveniencias, con inmadurez, sin responsabilidad emocional, faltando el respeto y maltratando en forma  sistemática. En ese caso, por nuestra salud integral, lo adecuado es protegerse poniendo un límite claro y firme. 

Dice la terapeuta norteamericana Robin Casarjian en su libro "Perdonar"

“El perdón es una decisión, la de ver más allá de los límites de la personalidad de otra persona, de sus miedos, idiosincrasias, neurosis y errores, la decisión de ver una esencia pura, no condicionada por historias personales, que tiene una capacidad ilimitada y siempre es digna de respeto y amor”

La decisión de perdonar tiene que ver con un movimiento interior profundo, voluntario, libre, requerido principalmente por la herida, que busca ser observada con consciencia para ser sanada. Después, como todo proceso, estaremos en mejores condiciones, en un acto de amor y libertad interna, otorgar ese perdón interior de manera genuina a quien nos ha lastimado y a nosotros mismos por habernos expuesto a ser dañados, para reencontrarnos con la paz perdida, que es el principal objetivo de nuestra labor interna. 

Ese acto sublime puede tener lugar en nuestra intimidad, sin necesidad de aspavientos ni de validaciones externas. 





Perdonar siempre tiene que ver con recuperar la armonía interior, más allá de las circunstancias externas, con aceptar que las personas son como son, entendiendo que eligen actuar de determinada manera, en base a sus motivaciones personales, sus propios paradigmas y perspectivas. 

Sin embargo, perdonar y aceptar a las personas como son no quiere decir que nos vamos a exponer indefinidamente a la violencia psicológica y al abuso emocional ni que vamos a estar dispuestos a hacer sacrificios tolerando lo intolerable sino por el contrario, poner límites sanos a acciones abusivas es esencial para nuestra salud mental e integral para lograr una mejor convivencia. 

Aunque a veces, sobre todo en casos extremos, la distancia y el silencio suelen ser la única solución posible.



Cultivo una rosa blanca...

Deseo, de todo corazón, que vivas cada día más consciente, que te conozcas en serio, cada vez más, que te entiendas y te perdones a vos mismo en primer lugar, que te trates con ternura, con paciencia, con entrega. Que te descubras con reverencia y asombro. Que hagas las paces contigo mismo y con la vida tal como fue hasta ahora.

Que tu mente se dé la mano con tu corazón todos los días y caminen siempre a la par. Que las palabras o acciones de otros, dichas desde su inconsciencia, su inmadurez, sus malas experiencias, desde su singular subjetividad, en definitiva, desde su humanidad: no te dañen más sino que, por el contrario, si llegan a tocar antiguas heridas escondidas en tu corazón, que puedas darte la oportunidad de sanarlas definitivamente.

Entonces verás que TODO ES PARA BIEN...siempre.

Ojalá que cada día logres ser más auténtico y que, principalmente, nunca tengas miedo de ser vos mismo: porque esa es la perfección que el Creador ha permitido desde Su Infinita Sabiduría


Lic. Silvina L. Rodríguez
Psicóloga
Escucha Activa en Línea
54 9 11 2455 0296




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