LA MEMORIA : EL ARCHIVO DE LA MENTE


Gracias a la memoria podemos actualizar nuestro yo, es decir, podemos saber quiénes somos, qué hemos hecho, etc esto es porque la memoria es una función cognitiva que permite codificar, almacenar y recuperar la información del pasado y por lo tanto, nos permite crear nuestro sentido de identidad.

La memoria es un proceso básico para el aprendizaje. Hay muchos tipos y clasificaciones de memoria, a grandes rasgos podemos hablar de :

Memoria a corto plazo, que es capacidad de mantener temporalmente la información en la mente (desde recordar datos simples como un nombre o una dirección hasta que conseguimos anotarlo en un papel)

Memoria a largo plazo, que son todos aquellos recuerdos o conocimientos que guardamos durante mucho más tiempo.

Esta a su vez puede dividirse en memoria declarativa, que incluye tanto conocimientos adquiridos mediante el lenguaje y la educación como los adquiridos a través de experiencias personales y vivencias; o memoria procedimental, que se refiere al aprendizaje de rutinas (por ejemplo, aprender a conducir o andar en bicicleta), memoria auditiva, memoria contextual, denominación, reconocimiento, etc.


Como verás la memoria es una de las funciones cognitivas fundamentales para el procesamiento de la información, la clasificación y archivo de las experiencias de nuestra vida.

Ciertamente para que una situación quede guardada en nuestra memoria en forma de recuerdo intervienen no sólo la percepción sensorial del hecho en sí sino sobre todo el impacto emocional que dicha vivencia haya provocado en nosotros, y que hará que ese recuerdo sea rotulado de manera significativa.

Un refrán popular dice “el pasado pisado” sin embargo esa frase no sólo es inexacta sino que es poco útil. El pasado para quedarse allí tiene que estar elaborado, es decir, entendido, comprendido, iluminado. 
El pasado si no se concientiza se transformará en pesado y en un obstáculo que siempre entorpecerá nuestra evolución y expansión.

En el camino del autoconocimiento vamos a mirar hacia el pasado las veces que sean necesarias con la intención de comprender los hechos vividos junto a los significados que les hemos otorgado. Eso forma parte de la tarea terapéutica, pues hacer esa mirada retrospectiva nos ayudará a ponernos en contacto consciente con lo que guarda nuestra memoria.



Lic. Silvina L. Rodríguez 
Psicóloga
Escucha Activa en Línea
54 9 11 2455 0296


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